Si ya hemos hecho los deberes y hemos decidido que sí, que efectivamente tenemos y queremos invertir nuestros 1.000 euros para que no se los coma la inflación, lo siguiente que tenemos que valorar es cuánto cariño les hemos cogido a nuestros ahorros. Porque ahora viene la lección más importante que todo inversor debe aprender.

Puedes leer el artículo completo en ELLE.